Tal y como expuse cuando presenté el reto 2, el Convenio para la Transición Justa de la Montaña Central Leonesa-La Robla, supone una alianza multilateral en la que varios agentes han de colaborar para la consecución de varios objetivos. Pretendo aplicar las técnicas de comunicación estudiadas en este módulo a este tipo de alianza, en este reto 4.
En primer lugar, la aplicación del círculo virtuoso de la comunicación, nos lleva a identificar al público objetivo y los enlaces entre ellos. Así tendríamos al Ministerio para la Transición Ecológica, la Consejería de Economía y Hacienda de Castilla y León y la FEMP, para el desarrollo del proceso participativo. Pero también son público objetivo otras organizaciones identificables por su cercanía con la plataforma y que han colaborado en los grupos de trabajo: empresas y asociaciones empresariales, ayuntamientos, centros tecnológicos, marcas de calidad agroalimentaria, sindicatos, organizaciones educativas y de investigación, asociaciones ecologistas, grupos de desarrollo rural y hasta particulares a título individual.
A continuación se abre un proceso de escucha para la recogida de datos mediante entrevistas realizadas a los trabajadores, empresas y vecinos de la zona donde se va a realizar la actuación. Para el planteamiento de iniciativas también se ha de abrir procesos de escucha en el ámbito educativo y de investigación así como el ámbito empresarial, sindicatos, asociaciones y grupos de desarrollo rural con el objetivo de recoger aportaciones puestas en práctica en otros ámbitos y que puedan servir a los fines de la alianza. Se podrían realizar talleres conjuntos de estos agentes. Una vez realizado ese proceso de escucha vamos al segundo momento del círculo virtuoso de la comunicación, el facilitar las conversaciones dialógicas entre los distintos agentes y promover espacios para que estas conversaciones se produzcan. Así pues, la información recogida se comparte con todos los agentes y con la ciudadanía para garantizar la correcta interpretación de las narrativas. Esto se puede llevar a cabo mediante reuniones en los ayuntamientos de la zona, donde puedan acudir representantes de los distintos colectivos participantes. Así pues, pasaríamos, a continuación, a la visibilización de las conversaciones dando lugar a narrativas compartidas y a crear un ambiente de mayor confianza, sobre todo con respecto a la ciudadanía afectada de la zona donde se va a realizar la actuación. En esta fase toda la ayuda digital es importante, pues se puede crear una plataforma digital para poder ir exponiendo las últimas narrativas compartidas de cara a las siguientes procesos de diálogo que se lleven a cabo, así siempre estaría la información actualizada y al alcance de todos los participantes. El último momento del proceso de comunicación se produciría cuando se difundiesen las nuevas narrativas en un público más amplio, compartiendo las conversaciones y narrativas generadas en momentos anteriores con un público mayor a través por ejemplo de páginas web que permitiesen un feedback con los usuarios de las mismas. He encontrado un ejemplo de este tipo de páginas en el siguiente enlace: https://digitalfuturesociety.com/es/report/una-plataforma-de-innovacion-abierta-para-los-retos-sociales-del-futuro/
Quiero finalizar diciendo que esta forma de comunicación es muy importante de cara a la co-creación de iniciativas y proyectos, pues permite contrastar si las percepciones recogidas en la fase de escucha han sido interpretadas correctamente y en su caso poder corregir lo necesario.